Una década apostando al arte

Concluyó la semana aniversario de Arte Joven

El festival multidisciplinario juvenil de la zona sur llevó a cabo ayer su décima edición, enmarcada en una semana de festejos por su decenario. Niños, niñas y adolescentes de la región ofrecieron cinco horas de shows con géneros nunca antes presentados y un final con el público sobre el escenario.

El cierre de una celebración aniversario no pudo haber sido mejor: bailando sobre el escenario al ritmo de sonidos andinos, artistas, público y organizadores pusieron fin ayer a la semana de festejos por los 10 años de Arte Joven Esteban Echeverría (AJEE). Fue en el marco de una jornada de cinco horas de shows que incluyó géneros inéditos para la iniciativa como un cortometraje que reflexionó sobre la infancia y el arte, un número de acrobacias en tela y las presentaciones de bandas de rock and roll y hip hop. En el repertorio se inscribieron también la impactante puesta escénica del grupo infantil y juvenil Al Borde de Almirante Brown y de los lanusenses de Maldito Folk Urbano, entre otras.

El tradicional encuentro de hacedores culturales sub-21 se realizó, desde las 17.30, en el Teatro del Cine Monte Grande (Mariano Acosta 58) de la ciudad homónima y convocó a cerca de una 300 personas. También estuvieron presentes los géneros plásticos, como la escultura, la fotografía artística y la pintura, en una expo que permaneció montada a lo largo de toda la jornada.

Ana Claudia Escobar, coordinadora de Al Borde, explicó a los organizadores que la realización artística que prepararon esos chicos “surgió de su realidad” y por propuesta de ellos, característica que constituyen la perspectiva a la que adscribe el conjunto barrial, basada en la concepción del dramaturgo y pedagogo brasileño Augusto Boa, conocida como Teatro del Oprimido. “No somos actores sino gente de teatro que revisa (a través de sus obras) lo que pasa en el ámbito del barrio”, pormenorizó la mujer apenas bajaron los jóvenes del escenario, donde interpretaron la tensión en el seno de una familia monoparental jaqueada por los brazos expropiadores de la Justicia de menores y los avatares económicos.

Antes que ellos, Diego Dómine Folco cautivó con sus plásticas suertes acrobáticas a siete metros de las tablas sobre una tela negra, secundado por los integrantes de la local Beat Bass Family, que facturaron auténticos aplausos con una coreografía de hip hop y break dance muy bien lograda. El itinerario musical, en tanto, recorrió una variedad de compases como el melódico por intervención de la guitarra y voz del cantautor Gonzalo Souza (19), el rockero propiciado por la banda Volátil, el folklore de los echeverrianos Senderos de Tradición y la intérprete porteña Luciana Negro (17) y una original fusión de ambos en el formato de danza-teatro ofrecido por Maldito Folk. También fue de la partida la literatura a manos de los autores echeverrianos Melina Rodríguez (10), Ignacio Castro (14) y Giuliana Camarda (12).

Pero ya al caer la noche, el ballet de danzas andinas Amerindia echó a sonar acordes originarios de Bolivia, con sus bailarines ataviados según la tradición y un cierre participativo en el que no faltaron las rondas alrededor de varios ocasionales miembros del público devenidos artistas. Así, el espíritu vincular que se propone anualmente el encuentro juvenil se actualizó de la mano del colectivo porteño: hacedores culturales y sus destinatarios naturales trasvasaron toda frontera y abrazaron la vocación expresiva como un común.